Boletín Manos Abiertas

AMOR Y PAN
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FELICES PASCUAS 2024




Nos encontramos en la Octava de Pascua, es decir, seguimos celebrando como si se tratara de un solo día, la columna vertebral de nuestra fe, cual es la INMOLACIÓN Y RESURRECCIÓN de nuestro Salvador, Jesucristo, que nos debe llenar de alegría por nuestra liberación de la esclavitud de las cadenas que nos tienen atados al pecado y que hemos tenido la oportunidad durante el tiempo de Cuaresma de vivir y celebrar la Semana Santa para revisar nuestra vida y dejar en el sepulcro, el hombre viejo, con todos sus pecados y por los frutos y dones de la Resurrección de Jesucristo, iniciar la conversión verdadera, con una vida nueva.

Así como las lecturas en la liturgia de esta octava, nos hablan de las mujeres como protagonistas, al ser las primeras en haber ido al sepulcro (Mt 28,1), seguramente para terminar de embalsamar el cuerpo de Jesús (Mc 16,1) y el rito de inhumación usado por los judíos, Dios las convierte en las primeras en verlo (Mc 16,9) y ser mensajeras de su resurrección (Jn 20.18). Ellas fueron a buscar a un “muerto” (Lc 24,5) y María Magdalena ante el que creía que era el hortelano, le dice que si él se llevó, le diga en donde lo ha puesto para ella ir a recogerlo (Jn 20,15), con sus actitudes manifiesta el amor que tenía por su Señor y nos invita para que busquemos y tengamos el encuentro personal con el Resucitado, presente en la EUCARISTÍA principalmente, en la ORACIÓN, en la IGLESIA, como Cuerpo de Cristo, y en los que sufren, como los enfermos más desfavorecidos de la sociedad, para acogerlos y ayudarlos integralmente, misión encomendada a la Iglesia y a la fundación san Ezequiel Moreno desde hace 48 años.

Si verdaderamente en la Cuaresma, con la ayuda de Dios, avanzamos en nuestra conversión e imploramos, como mendigos que somos ante Dios, los dones y frutos de la Resurrección del Señor, vivamos esa vida nueva de la mano del Resucitado, para proponernos ofenderlo cada día menos y ser instrumentos dóciles para seguir trabajando en el Reino del Amor de Dios, llevando “AMOR Y PAN”, con alegría.


FELICES PASCUAS